El Impertinente

10/03/2006

Agenda política

- ¿Ultimátum para Oaxaca? Las horas y los días.
- Fox cierra la cortina pero no desconecta el micrófono
- Se encomienda Abascal en San Lázaro
- La diplomacia de Calderón por Centroamérica y su encuentro con el embajador Tony Garza


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Tambores de guerra por agua, mar y tierra / Crónica desde las barricadas oaxaqueñas

Ya las fuerzas armadas policiacas y militares, federales y estatales, por tierra, mar y aire, han dado contenido al impacto mediático de las advertencias y los vaticinios sobre el uso o no de la fuerza para destrabar este conflicto, protagonizado como cabezas visibles, la Asamblea Popular del Pueblo Oaxaqueño (APPO) y la sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), con múltiples organizaciones adherentes y bases de apoyo y simpatía, incluso en otros varios estados del país.

En su marcha hacia el DF, con el planteamiento oficial de un encuentro mañana miércoles en Gobernación, los inconformes oaxaqueños deliberan si aceptar o no la invitación.

Aunque desde hace algunos días varios columnistas anuncian la inminencia de una intervención armada en Oaxaca y ponderan que sólo es cuestión de tiempo, también coinciden en extrañarse de la aparente aunque relativa estabilidad del gobernador en fuga, Ulises Ruiz, cuando su cabeza es central en la mesa de negociación.

Salvador García Soto, en su columna “Serpientes y escaleras” que publica El Universal, advierte que “Ulises Ruiz está a punto de salirse con la suya: convenció al gobierno foxista y al presidente electo, Felipe Calderón, que deben aplicar la fuerza para terminar con el secuestro que la APPO y el magisterio mantienen en Oaxaca; a cambio, él se ha comprometido a que pedirá licencia definitiva a la gubernatura, pero sólo lo hará a partir del 1 de diciembre”.

Casi al final de su artículo, luego de proponer una interesante analogía entre el caso Oaxaca y el expediente Tabasco 1994, García Soto subraya que el “maquiavélico plan” de Ulises Ruiz parece tan bien operado, que “incluso la planeación de la gira internacional de Felipe Calderón parece hecha en función de las decisiones que se tomaron la semana pasada para proceder al desalojo en Oaxaca. Si, como todo indica, la APPO y el magisterio no acuden al ultimátum de Gobernación este miércoles, o aun acudiendo se niegan a firmar compromisos concretos para levantar sus plantones, es un hecho que entre el miércoles y el viernes se aplicará el operativo con la fuerzas federales en la ciudad de Oaxaca, de modo que Calderón se encuentre fuera del país cuando ocurran los incómodos hechos”.


En La Crónica de Hoy, la columnista Regina Santiago, enfoca su análisis a los “seguros servidores” que se han apuntado para aconsejar a los tomadores de decisiones sobre el caso Oaxaca, pero le llama particularmente la atención un texto “sugerente” de Manuel Camacho Solís en El Universal, quien “parece apuntarse en la lista de auto-postulados para la próxima vacante en Segob, sumando su nombre al del ex gobernador oaxaqueño, Diódoro Carrasco y al del ex particular de Zedillo, Liébano Sáenz. El título de su colaboración periodística: “Solución a Oaxaca””. Oportunísimo, como siempre, el licenciado Camacho para hacerse el útil.

Fox cierra la cortina pero no desconecta el micrófono
Este martes la prensa del Distrito Federal despliega advertencias proferidas por el presidente en retirada Vicente Fox, quien adelantó el cierre de su changarro, pero se resiste a dejar asimismo el micrófono y advierte “acuerdo en Oaxaca o castigo”, pero al correr la mañana y llegar el secretario de Gobernación Carlos Abascal a comparecer en el palacio legislativo de San Lázaro, en el último rito del sexenio de la glosa del informe presidencial y desgarra el éter con su lapidaria y divina invocación: “en nombre de Dios no haremos absolutamente ninguna represión”.

Ayer el silente primer mandatario tuvo otro de sus momentos orales de euforia, y además de declarar: “… La verdad es que en este momento no sé cómo sentirme, me apabulla este acto donde lo tratan a uno de poner como estrella central y la verdad es que me hace sentir mucha pena”, misma que no le arredró para soltar una amenaza paternal, como si de darle una zurra al chamaco rebelde, advirtiendo que habrá castigo si no hay sometimiento al orden.

La diplomacia de Calderón
Felipe Calderón busca en sus acciones reforzar la legitimidad de su figura presidencial, y se ampara en el protocolo diplomático para acorazar el reconocimiento externo como una forma de acreditar sus credenciales en su propia nación.

Pero antes de partir se le atribuyen numerosas actividades de bajo perfil mediático pero de gran valor estratégica, como su reunión con el embajador de Estados Unidos, Tony Garza.

En su primer salida internacional el panista llegó a Guatemala, y sigue con Honduras, El Salvador, Costa Rica, Colombia, Chile, Brasil, Perú y Argentina. “Se reunirá con los jefes de Estado de cada nación con el objeto de conocer de primera mano las políticas que estos gobiernos utilizan para enfrentar diversos problemas, y desde luego va a buscar un nuevo modelo de interacción ante la previa presencia de México en América Latina”, dice el propio Salvador García, de El Universal.

Gabinetitis y futurismo
Yasmín Alessandrini, columnista de El Universal atribuye, en su peculiar estilo, una maniobra a Beatriz Paredes que califica como “una movida magistral”, en el “círculo rojo”, deslizar que esta mujer priísta “pudiera ocupar el puesto como secretaria de Gobernación. La consideran no sólo una mujer de confianza, sino de alianzas y de palabra, y de hacer buen tejido político”, y juzga la Alessandrini que “No suena nada mal”.

Lo cierto es que la rumorología, como se le llama a esta colectiva invocación del imaginario político para el palomeo prospectivo de currículos y perfiles. En la columna "Trascendió", en Milenio, este asunto cobra singular importancia, con la observación que hace notar la presencia del senador del PRI, Jorge Mendoza, como invitado en la “gira de estreno” de Felipe Calderón por Centroamérica, lo que la pluma anónima considera como “un primer error del Presidente electo, o un golazo que le metieron los tricolores”. Apunta el plumífero que Mendoza “ha sido durante diez años el brazo derecho de Ricardo Salinas Pliego en TV Azteca, y fue uno de los principales operadores para sacar adelante la llamada Ley Televisa. Fuerte se escuchará, de todas formas, la crítica en cuanto a que Calderón gobernará con las televisoras nacionales, y ni siquiera se preocupará en disimularlo”, atisba el columnista milenario.