Crónica desde las barricadas en Oaxaca
A continuación reproducimos una interesante crónica del servicio por internet NarcoNews bulletin, que describe la intensa vivencia de los participantes en el movimiento beligerante de Oaxaca en las barricadas, y ésta aborda los momentos de más alta tensión la madrugada de este martes, ya que se pensaba que a las 3 horas entrarían las fuerzas armadas a la ciudad de Oaxaca.
El cronista, Diego Enrique Sorno, escribe que “todo comenzó después de la medianoche –en Oaxaca todas las cosas están ocurriendo después de la medianoche-: Los priístas empezaron a juntarse poco a poco a un kilómetro de distancia, bajo un puente de la carretera.
“Primero eran apenas unos puntitos perdidos a lo lejos de la barricada de “Mamá Lucha”, pero en menos de media hora su luz era la luz como de 100 personas que, armadas con palos, machetes, piedras y varillas, caminaban rumbo al fuerte del enemigo.
“Acá todo era un caos: la desventaja numérica más que notoria. Ni 50 eran los guardianes nocturnos. En medio del nervio, un “guerrilloso” niño de 12 años apodado “El Chino” se ofrecía para ir a tirarles dos o tres bombas molotov, mientras que un afanador del lujoso Hotel Fortín proponía apedrear a la columna priista desde los techos de las casas vecinas.
“Nadie alcanzaba a poner orden hasta que “Mamá Lucha” habló, mejor dicho gritó: “Hay que soltar todos los cohetones que tenemos y hay que hablar a La Ley para que manden más compañeros. De aquí no nos van a quitar esos cabrones priistas”.
Y en menos de cinco minutos la barricada de Pueblo Nuevo parecía feria popular. Uno, dos, tres, muchos cohetones tronaban su estruendo en el cielo oaxaqueño. Algunos de los colonos vigilantes golpeaban los postes de luz para seguir armando el escándalo de auxilio y un albañil hablaba por teléfono celular a la estación de radio tomada por los maestros rebeldes”.
“Mientras cuida en la calle Luces un parapeto de autodefensa acompañado por su esposa y ocho vecinos más, el panadero habla y habla tratando de hacerme entender que “aquí es el pueblo el que se levantó. Sino con Ulises, se hubiera levantado con otro, pero le tocó a Ulises porque fue muy pendejo…”.
La conversación –que ya se convirtió en un monólogo de él- tiene como fondo la voz de los locutores rebeldes de “La Ley de los Pueblos”, que transmite por el 710 de AM, una frecuencia cien por ciento grupera hace un mes, pero que hoy es totalmente guerrillera y guevarista en especial cuando convoca a crear “una, dos tres, muchas barricadas”.
“A los oaxaqueños como a éste panadero que busca aleccionarme sobre la lucha popular, la radio rebelde es quien los ha venido adoctrinando, convirtiendo en impetuosos militantes que noche tras noche, frente a la llanta quemada en la barricada, van forjando un espíritu de resistencia que hoy –en plena alerta roja- está más desatado que nunca ante la posibilidad de un operativo policiaco en los próximos días, en las próximas horas.
“3:00 AM: Es la hora en que La Ley dijo que entraría la policía. Hay un silencio a lo largo de la madrugada que habitan los 500 maestros apostados en estas barricadas de Brenamiel, donde se cuida con especial esmero a las enormes torres de acero, de radio, de voz.
“En medio de la mansedumbre se oye a lo lejos un cohetón. Martín, el maestro de Valles Centrales que no falta nunca a su guardia en el parapeto y que reemplaza a los demás regularmente, voltea con mirada analítica hacia el cielo. Está esperando el segundo cohetón, la maldita señal de que lo que se vive por allá, precisamente por la entrada de Etla, es el inicio del operativo policial.
“Pero pasan ya cinco minutos y no hay nada. En la radio rebelde, los locutores hasta deciden poner una canción, de hecho la primera en la lista de popularidad magisterial: “Techos de cartón”, del fallecido cantante venezolano, Alí Primera.
“Ya son las 3:10 AM. Quizá las fuentes policiacas no estaban mintiendo.
“6:00 AM: La enorme hoguera sobre la que se reunían hace unas horas más de 30 personas, es en este momento un montón de cenizas que ya comienza a barrer un trabajador de limpia del Municipio de Oaxaca.
“La guardia de las barricadas ha concluido. Sin operativo”, concluye Diego Enrique Sorno.
El cronista, Diego Enrique Sorno, escribe que “todo comenzó después de la medianoche –en Oaxaca todas las cosas están ocurriendo después de la medianoche-: Los priístas empezaron a juntarse poco a poco a un kilómetro de distancia, bajo un puente de la carretera.
“Primero eran apenas unos puntitos perdidos a lo lejos de la barricada de “Mamá Lucha”, pero en menos de media hora su luz era la luz como de 100 personas que, armadas con palos, machetes, piedras y varillas, caminaban rumbo al fuerte del enemigo.
“Acá todo era un caos: la desventaja numérica más que notoria. Ni 50 eran los guardianes nocturnos. En medio del nervio, un “guerrilloso” niño de 12 años apodado “El Chino” se ofrecía para ir a tirarles dos o tres bombas molotov, mientras que un afanador del lujoso Hotel Fortín proponía apedrear a la columna priista desde los techos de las casas vecinas.
“Nadie alcanzaba a poner orden hasta que “Mamá Lucha” habló, mejor dicho gritó: “Hay que soltar todos los cohetones que tenemos y hay que hablar a La Ley para que manden más compañeros. De aquí no nos van a quitar esos cabrones priistas”.
Y en menos de cinco minutos la barricada de Pueblo Nuevo parecía feria popular. Uno, dos, tres, muchos cohetones tronaban su estruendo en el cielo oaxaqueño. Algunos de los colonos vigilantes golpeaban los postes de luz para seguir armando el escándalo de auxilio y un albañil hablaba por teléfono celular a la estación de radio tomada por los maestros rebeldes”.
“Mientras cuida en la calle Luces un parapeto de autodefensa acompañado por su esposa y ocho vecinos más, el panadero habla y habla tratando de hacerme entender que “aquí es el pueblo el que se levantó. Sino con Ulises, se hubiera levantado con otro, pero le tocó a Ulises porque fue muy pendejo…”.
La conversación –que ya se convirtió en un monólogo de él- tiene como fondo la voz de los locutores rebeldes de “La Ley de los Pueblos”, que transmite por el 710 de AM, una frecuencia cien por ciento grupera hace un mes, pero que hoy es totalmente guerrillera y guevarista en especial cuando convoca a crear “una, dos tres, muchas barricadas”.
“A los oaxaqueños como a éste panadero que busca aleccionarme sobre la lucha popular, la radio rebelde es quien los ha venido adoctrinando, convirtiendo en impetuosos militantes que noche tras noche, frente a la llanta quemada en la barricada, van forjando un espíritu de resistencia que hoy –en plena alerta roja- está más desatado que nunca ante la posibilidad de un operativo policiaco en los próximos días, en las próximas horas.
“3:00 AM: Es la hora en que La Ley dijo que entraría la policía. Hay un silencio a lo largo de la madrugada que habitan los 500 maestros apostados en estas barricadas de Brenamiel, donde se cuida con especial esmero a las enormes torres de acero, de radio, de voz.
“En medio de la mansedumbre se oye a lo lejos un cohetón. Martín, el maestro de Valles Centrales que no falta nunca a su guardia en el parapeto y que reemplaza a los demás regularmente, voltea con mirada analítica hacia el cielo. Está esperando el segundo cohetón, la maldita señal de que lo que se vive por allá, precisamente por la entrada de Etla, es el inicio del operativo policial.
“Pero pasan ya cinco minutos y no hay nada. En la radio rebelde, los locutores hasta deciden poner una canción, de hecho la primera en la lista de popularidad magisterial: “Techos de cartón”, del fallecido cantante venezolano, Alí Primera.
“Ya son las 3:10 AM. Quizá las fuentes policiacas no estaban mintiendo.
“6:00 AM: La enorme hoguera sobre la que se reunían hace unas horas más de 30 personas, es en este momento un montón de cenizas que ya comienza a barrer un trabajador de limpia del Municipio de Oaxaca.
“La guardia de las barricadas ha concluido. Sin operativo”, concluye Diego Enrique Sorno.
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