El Impertinente

12/17/2006

Ya que hablamos de monopolios… Televisa y TV Azteca más campantes que nunca.

En la anterior entrega nos referimos a las líneas políticas que ha esbozado el incipiente gobierno de Felipe Calderón y las texturas de su discurso, que parece cambiar sobre la marcha y para muestra hay varios botones: ya vimos cómo se intentó sondear el impacto de un castigo presupuestal y una recompensa a la educación superior y a las fuerzas armadas, respectivamente. En el segundo caso, ni hablar, nadie dice nada, como si fuera una factura muy atrasada actualizar los emolumentos del grueso de las fuerzas castrenses, pero en el primero pareciera un vulgar regateo de mercado, comprometerse con la educación superior. Aunque pareció echarse reversa a la intentona de asignar a la UNAM casi mil millones de pesos menos que el año anterior, con todo y pretendiendo justificar que entonces se dio a esta casa de estudios una asignación extraordinaria, NADA legitima que un año después sea menos lo que se adjudique, cuando a la educación, debe ser siempre más.

Lo mismo aplica a las artes y cultura, donde se recortan 2 mil millones de pesos a lo que se dio este año que termina.

Hasta sentidas disculpas públicas ofreció el filibustero mayor del presupuesto, pero hoy por hoy no se sabe si este gobierno apoyará a la educación, como ofreció en su campaña Felipe Calderón.

A otra cosa mariposa, pero es más de lo mismo: otro de los compromisos era la regulación de las prácticas monopólicas que hoy impiden el crecimiento económico y una competencia democrática en industrias estratégicas para el país como las telecomunicaciones y los medos de comunicación.

El viernes 12 el secretario de Comunicaciones y Transportes, Luis Téllez Kuenzler, cerró el paso a la posibilidad de que en el primer año de gobierno de Calderón se otorgue una tercera concesión para una cadena de televisión abierta nacional, privilegiando con ello los intereses del llamado duopolio de Televisa (del que fue miembro del consejo de administración, igual de Cablevisión) y TV Azteca, e impide a un tercer actor, la empresa Palmas 26 (General Electric-Telemundo-Xtra), días después de que se orquestó una campaña sucia contra uno de los accionistas, Isaac Saba, acusado de monopolizar la distribución de medicamentos. ¿Irónico? Es una “locura kafkiana”, como diría otro ilustre protagonista de esta meganovela, Carlos Slim.

¿Estamos por ver una batalla de gigantes? ¿Cómo conciliar los intereses titánicos con iniciativas como la llamada “Ley Televisa”? (Recordemos que actualmente se discute en la Suprema Cortede Justicia, por violar numerosos preceptos constitucionales) ¿Y la iniciativa de convergencia, el famoso triple play? ¿Bailando por el imperio de los sueños? Como sea, el reality show tiene que ser más extravagante: la danza de los millones ante los millones de jodidos, como llamaba paternalmente el "Tigre" Azcárraga a sus querida clientela.

Recordemos lo que dijo la Comisión Federal de Competencia hace unos días. “en México son realmente altos los niveles de concentración en televisión abierta y restringida… Es necesario crear oportunidades para el desarrollo de canales de televisión abierta alternativos, que introduzcan mayor competencia en las actividades comerciales de los operadores establecidos, y que contribuyan a la pluralidad y diversidad de voces y contenidos en beneficio de la sociedad”. Más claro ni el agua.

Destrabar este nudo de conflictos de intereses monopólicos es urgente, ya que nos e trata de cualquier industria, es la que forma las ideas y opiniones de decenas de millones de mexicanos. Según un estudio reciente citado por la investigadora alma rosa de la Selva, 60% de las personas obtienen su información política y opiniones a través de la televisión.

1 Comments:

Publicar un comentario

<< Home